Cogiendo fuerza,volando alto,surcando el cielo...
Tempus Fugit
Veranos que jamas olvidare, aqui en La Cuesta.
Sentir en la pierna como una diminuta ortiga te clava sus hojas, salir a la calle a tu libre albedrío, sentir la naturaleza al jugar con ella, investigar cada rinconcito, aprender con campeones luchando por vivir. Oler la gran cantidad de aromas de las rosas, azucenas, dalias y hierbabuena…
Unos días aquí en La Cuesta dan para mucho, y mas cuando eres apenas un niño que la vida es tan pura y tan nueva para todos nuestros sentidos. Ahora todo es diferente, mas magnificado. Cada lugar me abre las puertas a mil y un recuerdos, sensaciones y sentimientos. Si la magia existe, la tienen bien guardada aquí en La Cuesta.
Volver a sentir la presencia de mi tío Emiliano, junto a la gran personalidad de mi tía. Y es que, me he dado cuenta que soy una persona bastante espiritual, que doy mas valor a lo que no se aprecia a simple vista que a lo que si. Quizás esta tierra de Soria me hizo ser así, quizá todo lo vivido… no se. La cuestión es que esta tierra llena de libertad, de amor, infancia y vida (Porque si, aunque siempre hayamos sido los únicos habitantes de esta villa, menos ahora, siempre ha estado llena de vida de una forma u otra) Este trocito de Soria tiene algo que me llena por dentro, algo difícil de explicar con palabras. Este pueblecito me envuelve el corazón haciendo que palpite mas deprisa, mas contento, mas feliz.
La Cuesta. Mi pueblo de verano, un gran trocito de mi vida esta encerrada aquí, y siempre disfrutare como el niño que llevo dentro cada vez que pueda volver a ti.
Conservas en tarritos de cristal
Las tardes en la ya vieja acequia de las escuelas, viajando entre aguas. Disfrutando de nuestro "Aquapark" particular... olía a humedad, tierra, rizomas.
Las viejas vacaciones con Ramon y Pilarin. Esa mezcolanza de aromas a sal, perreros, azúcar.
Olores a pacas de paja, sisallos, a rio. Aromas de victoria. Fragancias de derrota.
Guardar un aroma y poderlo disfrutar luego, aspirando fuerza a sorbitos. ¿Magico verdad? Imagina una gran estantería de madera, una enorme, llena de baldas y baldas hasta el techo. Millones de botecitos de cristal como con brillantes polvos de hada en su interior. Billones de recuerdos. Cada esencia en su tarrito encerrada, cada una organizada alfabéticamente y con su epitafio rotulado. Somos recuerdos, sensaciones, cadenas de guanina...
Como me encantaría tener un almacén de ratitos cerca mio, escoger un tarrito al azar, abrirlo e inhalar su fragancia hasta desmallarme por sobredosis de placer.
Efecto domino
Tras mi ventana
Hay momentos que llenan el alma.
Hoy ha sido un día de esos importantes. Un día para el futuro, para guardarlo en una enorme cajita y poder abrirla de vez en cuando para sentir su magia.
La mañana no empezaba bien, llovía... y después de tantos días esperando, ha sido un poco triste. Por mi cabeza han pasado muchas cosas, la mas grande; tristeza. Pensar que todo lo imaginado se iba a ir al traste por unas putas gotas, me ha fastidiado bastante.
Pero finalmente la lluvia no ha podido con la ilusión de unos voluntarios y unos niños que son un amor. Hemos comido roscón como el día de San Valero merecía, y un tazón de chocolate, hemos pintado, bailado y nos lo hemos pasado en grande.
Era mi primer dia, tenia muchos nervios, mucho miedecillo por llamarlo de algún modo, pero al final me he quedado con ganas de mas, irremediablemente tendré que esperar un mes para volver a disfrutar con ellos.
Gracias por enseñarme este camino Araprode.